Desde chica siempre tuve un gran complejo con mis mamas, esto era debido a una malformación, que en ese momento no sabia que tenía.

Me empecé a dar cuenta cuando tenia aproximadamente 11 años, que las tenía "raras", mis mamas no eran como las de las otras chicas. Usaba dos corpiños, un deportivo y un armado, uno arriba del otro para disimular. Mi mejor amiga me cargaba y me decía que tenia las tetas caídas. Me ponía cremas reafirmantes y estaba obsesionada con ejercicios para levantar el pecho, pero nada me servía.

Después de buscar mucho en Google, encontré una foto que se parecía mucho a lo que yo tenía, ahí le pude poner nombre a lo que veía todos los días en el espejo (mamas tuberosas), a esta altura ya tenía 18 años.

Nadie más que mi novio de ese momento sabia de mi malformación, ni siquiera mis papás, porque no me animaba a contarles, me daba muchísima vergüenza y malestar.

Un día no aguante más, le conté a mi mamá y a mi papá, ella decidió llevarme a su ginecólogo de toda la vida, el cual me dijo que vaya en bikini a la playa a ver si los hombres no me gritaban (Increíble lo poco profesional de esa respuesta). Salí indignada y ofendida del consultorio y sin respuesta.

Cuando llegamos a mi casa y volvimos a hablar del tema, mi papa me sugirió que me operara. Mi mamá no quería porque ella ya había tenido una mala experiencia, pero después de hablar bastante acordamos en ir a una visita a un cirujano para que nos diera su opinión.

El cirujano concluyó que tenia mamas tuberosas grado 3. A los pocos meses me operé, en su momento y por mi edad decidimos "rellenar" el volumen faltante, se hizo esto para no dejar demasiada cicatriz (ya que me sobraba mucha piel) y también me achicó la areola.

Al pasar el tiempo (2 años apox.), me encontré con que mis mamas se estaban volviendo a caer y encima ahora las tenía enormes (DD o 110). Aparte de todo esto, las cicatrices de alrededor de las areolas habían quedado muy marcadas. Como ya me había operado y no quería volver a pasar por eso, dejé pasar tiempo (casi 6 años), por mas de que estaba muy desconforme.

El año pasado (2021) acompañe a mi mamá a una consulta para una blefaroplastia con la doctora Teresita, y mi madre estando al tanto de mi situación, me sugirió consultarle.

Teresita me explicó que por mi caso, la mejor solución era retirar piel y levantar todo, colocar unos implantes más chicos y que con eso iba a estar contenta y cómoda. No se equivocó. Ahora, 5 meses después de la operación, estoy más feliz que nunca, no puedo creer que tengo mamas que me gustan. Me arrepiento bastante de no haber consultado antes con ella. Quiero resaltar la calidad profesional y la atención que me brindó en todo momento, siempre me sentí extremadamente cómoda y en manos de alguien que sabe muy bien lo que hace. El resultado, como ya escribí antes, no podría ser mejor. Realmente supero mis expectativas.

Espero que estas palabras le sirva a alguien que este pasando algo similar a lo que pasé, y si tiene la posibilidad de cambiar lo que le incomoda o acompleja, que no espere.