Rinoplastia: El día que me operé la nariz

El día que empecé a amar mi nariz!

La rinoplastia me cambió la vida. Desde entonces que mi cara se ve armonica y me autoestima ha mejorado como nunca. Siento libertad al mostrar mi rostro que no podía sentir cuando me sentía incómoda con mi propia nariz. Gracias al Dr Gustavo Sampietro pude conocer lo que es sentirse cómodo con uno mismo.

Rinoplastia: El día que me operé la nariz

Soy Josefina, tengo 23 años, esta es mi opinión después de tres años de que operé mi nariz:

Desde que entré en la pubertad que comencé a sentirme incómoda con mi nariz. No era demasiado grande pero en mi desarrollo me cambió de una nariz suave y respingada a una nariz con curvatura en el hueso y una punta "en pico".

Desde entonces que no me gustaba sacarme fotos de perfil, trataba de taparme con el pelo cuando mis amigos hacían videos, y al momento de tener citas trataba de maquillarme lo más llamativa posible para quitar la atención a mi nariz y llevarla a mis ojos o labios. Mi nariz no era tan grande pero a mí me incomodaba lo suficiente como para que afecte en los aspectos más chiquitos de mi vida.

A los 20 años, después de ver como a mi prima le habían practicado una rinoplastia exitosa, decidí dar el paso a sentirme cómoda con mi rostro como cuando era niña.

Me contacté con el Dr Gustavo Sampietro y debo afirmar que fue la mejor decisión que tomé. La calidez del Centro Sampietro, de sus enfermeras, anestesistas, del Dr y sus Asistentes fue todo lo que hubiese esperado y más para dar el gran paso. Desde la primer consulta hasta el momento que me dieron el alta no sobraron las buenas formas y el acompañamiento profesional y humano necesario.

El día de la cirugía me recibieron en la habitación privada del Centro, me dieron una pastilla que me adormeció y con cuidado me transportaron al quirófano donde comenzaron a anestesiarme. Ni en ese momento ni después de la cirugía sentí dolor, incomodidad o inquietudes.

Luego de la cirugía, el post-operatorio, fue más molesto que doloroso. Por suerte el Dr no utiliza tapones para sus rinoplastias, así que pude comer y descansar con bastante normalidad. Al no tener tapones se puede sentir el gusto de las comidas, el descanso más allá de molesto es más leve ya que no se siente el rostro comprimido, y por supuesto no es tan brusco un post-operatorio como lo es con los tapones y su extracción.

La hinchazón tampoco fue un problema, ya que el Dr es reconocido por su habilidad de no dejar moretones tan profundos como otros cirujanos. De esta manera, apenas tuve hinchazón de rostro y unos pequeños moretones a la altura de las ojeras.Es así que no padecí cambios importantes en mi rostro durante la recuperación.

La recuperación duró 7 días. Al séptimo día me quitaron el yeso y a los 10 días los puntos. No sufrí dolor en ningún momento. Ya a los 15 días estaba un 80% conforme con el diseño de mi nariz. Era un rostro mucho más armónico, una nariz simétrica, natural y suave. Todo esto sin perder la escencia de mi cara y de mi estilo.

Intervenir quirúrgiocamente el rostro puede sucitar muchas incertidumbres y miedos... Pero conseguir un profesional adecuado y confiar en la decisión de uno mismo puede cambiarnos la vida con muy poco.

De volver a elegir, volvería a elegir esta cirugía y al Dr Gustavo Sampietro.

La rinoplastia cambió mi vida. Creó en mí autoestima, me dio comodidad conmigo misma y fortaleza personal. La cirugía estética y los tratamientos estéticos están al servicio de nosotros para ayudarnos a sentirnos bien con nosotros mismos.

A aquellos que quieran cambiar el aspecto de su nariz les recomiendo totalmente esta cirugía! No duele, el tiempo de recuperación es rápido y los resultados son increíbles.

No existe una razón por la cual no podamos aprovechar la ciencia y sus tecnologías para nuestro beneficio físico y emocional!

Espero que con esta anécdota muchas personas pierdan el miedo a intervenir quirúrgicamente su rostro! Y que no le tengan temor a la opinión de los demás! Comentarios como "No vas a seguir siendo vos con otra nariz", "Te va a cambiar la cara.", "Para qué te vas a operar?", "Tenés que aprender a aceptarte", no sirven en lo más mínimo y no deberían echarnos para atrás!

Cada persona es única y tiene el derecho de modificar cualquier aspecto con el que no se sienta conforme. No hay que sentir verguenza por querer operarse ni por estar incómodoss con alguna parte de nuestro cuerpo.

Hay que animarse a todo aquello que nos haga sentir bien!